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Soy de Los Javieres

Publicado en el Boletín de las Cofradías de Sevilla.
Por N.H.D. Francisco Javier Segura Márquez.

Soy de los Javieres.

Y me siento orgulloso de serlo, y de haber llegado hasta allí, y de haber podido entregar mi tiempo y mis conocimientos en aquella casa de Peris Mencheta donde cada día queremos poner una piedrecita más en nuestra historia breve pero llena de buenos propósitos y mejores personas.

Soy de Los Javieres y con ello afirmo que soy de una hermandad seria, que pone en la calle a uno de los Cristos más sufrientes que pueden verse en Semana Santa y que tiene una dolorosa que hasta ha representado a toda la Semana Santa en el cartel de Juan Manuel Calle del pasado año.

Dirá el lector que por qué este manifiesto aquí y ahora. Sencillamente, porque estoy cansado de que mi hermandad sea el centro de los ataques de muchos medios de comunicación que han hecho de ella su carnaza informativa, sin pararse siquiera a considerar las difíciles circunstancia que hemos vivido, con la enfermedad de nuestro hermano mayor y la incapacidad de atender tantos problemas que se nos venían encima.

Muchas personas, que se consideran pertenecientes a una élite que en realidad no existe, que se piensan mas cofrades que nadie, me han preguntado muchas veces que hacía yo en Los Javieres, llegando a afirmar, como lo hizo un cofrade del Sábado Santo, que quizás no me pegaba ser hermano de mi cofradía. Se lo dije claro: prefería ser de una hermandad sencilla, pero viva, que no de una hermandad con mucho lustre, pero desarraigada por dentro.

He sufrido mucho durante esta campaña para desestabilizarnos, a nosotros que hemos llegado a sentirnos casi sin hogar, sin capilla, abrigados tan solo por la presencia de Dios y de su Madre a través de nuestras imágenes. Nosotros, que tuvimos que marcharnos de la calle Jesús del Gran Poder y empezar de nuevo en un barrio quizás hostil a los capirotes altos. Nosotros, que hemos conseguido que en tantos detalles se vea el estilo que queremos para nuestra cofradía y seguimos perfilando otros para llegar a ser lo que queremos ser. Nosotros somos Los Javieres, y mientras tengamos voz nos defenderemos de estas criticas sin fundamento.

Yo soy Javieres, y soy Martes Santo, y soy cordón negro al cuello y cinturón de esparto estrecho y sandalias negras. Soy Javieres, soy la mano a la que se agarran tantos monaguillos que ya desde pequeños se sienten orgullosos de su Cristo de la Almas y de su Madre Santísima de Gracia y Amparo. En cuanto he recibido el encargo de esta tribuna, sabría que tendría que hablar de Los Javieres, porque tenemos la mala suerte de no encontrar nunca el foro adecuado para expresarnos. Y mientras seamos todo eso, y sintamos muy adentro lo que sentimos, nadie ni nada podrá arrebatarnos ese orgullo de ser una cofradía pobre, pero llena de amor.